sábado, 6 de septiembre de 2014

Roberto Restrepo Ramírez



Un hombre de ciencia y de letras, Roberto Restrepo es uno de los grandes hijos de Filandia. Nació el 3 de febrero de 1897 y murió en Bogotá el 23 de mayo de 1956. Oncólogo, escritor, filólogo, miembro de la Academia Colombiana de la Lengua.
En 1.926 obtuvo el título de médico de la Universidad Nacional de Colombia; se especializó y profundizó sus estudios en la Universidad René Descartes de París; ganó por concurso ser miembro del Instituto Tropical de Francia, regresando a establecerse en Manizales, donde su clínica era una de las más completas que se hayan visto en Colombia. Se hizo radiólogo al mismo tiempo que desarrollaba una formidable campaña contra la tuberculosis. Establecido en Bogotá, fue durante varios años director del Instituto de Radioterapia.
Escribió, entre otros, "Sin banderas", publicado en París con el seudónimo de Hugo Mascarín, que trata sobre la decadencia de los partidos políticos; "¿Degenera la raza?"; “Historia de la guerra entre Candorra y Tontul”, libro cáustico, en el que pasa revista a los que consideraba errores en la solución del conflicto de Leticia; "Intimidades de un médico" puso al desnudo su sensibilidad profundamente humana; "Dicarquismo o si la razón fuera gobierno", testimonio de su afán y su anhelo de mejoramiento del país; "La revolución de las ratas" (28 apólogos), editado en Münich en 1953 con fastuosas ilustraciones del famoso caricaturista húngaro Peter Aldor, nacionalizado en Colombia; "Catecismo irreverente"; "Seminarista a palos"; "Nueve de abril, quiebra cultural y política". Era un sociólogo a quien desesperaban las contradicciones de nuestro destino. En 1943 publicó "Apuntaciones idiomáticas y correcciones del lenguaje". Con este libro quedó con títulos sobrados para ser llamado a la Academia Colombiana de la Lengua, no obstante las duras críticas que sus páginas tiene para la corporación.
Gabriela Mistral, Tomás Carrasquilla, Bernardo Arias Trujillo, elogiaron la obra literaria del doctor Restrepo. Regentó la cátedra de latín en el Colegio Restrepo Mejía de Bogotá. El griego, el árabe, el francés, el inglés, el alemán, el italiano, el portugués, le eran familiares. En la Academia de la Lengua presentó trabajos de larga elaboración, de mucho jugo, con una muy audaz reforma de la ortografía. También escribió sobre acentuación y fonética como, en rama diferente, sobre arqueología y antropología, de lo cual fue ejemplo su erudita conferencia sobre la cultura de los mayas, las ruinas de Yucatán y las características del pueblo azteca.
El doctor Restrepo era de la clase de hombres que parecen nacidos para reformar lo existente, con un instinto revolucionario que no satisfacía sino con la acción y al propio tiempo con una curiosidad científica que comprendía diferentes y muy distanciadas ramas del conocimiento. Tenía la vocación, el ojo certero del clínico, el deseo de aliviar -en cuanto estuviera a su alcance- las dolencias humanas, y una capacidad de trabajo al servicio de una clara y aguda inteligencia que le permitió graduarse y ejercer su profesión con sobresaliente lustre.
Es de anotar que el doctor Restrepo envió desde Manizales el 9 y el 26 de noviembre de 1943, 118 libros y algunas revistas para que el concejo de Filandia fundara la biblioteca municipal que, como él mismo señalara, "el municipio ha de dar la importancia que merece un elemento de que tanto se preocupan hoy nuestras entidades oficiales. Aspiro a crear en el lector el hábito de venir a leer la obra donde esté: es decir, el hábito de lector de biblioteca".
Hoy rendimos homenaje de admiración, afecto y gratitud a tan connotado hijo de Filandia, figura singular de nuestra alma grancaldense y un hombre de ciencia y de letras brillantemente representativo de los valores colombianos.


Jaime Naranjo Orrego
Filandia, Quindío

Publicado en el diario La Crónica del Quindío
Armenia – 24/Ago/96


1 comentario:

  1. Qué estimulante resulta saber que la ciencia solo distingue especialidades. Y que profesionales, genios como Roberto Restrepo Ramírez, si aprecian al idioma, lo enriquecen. Me impulsan los libros que de él tengo a no parar de escribir mis modestos "Epítome-2017-, "Reparaciones gramaticales", y "Redactor guía ética e idiomática para periodistas,publicitarios y otros"; y los que aguardan. Álvaro Uribe,economista de la Universidad Nacional de Colombia.

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